Toscana, tierra de maneras de decir, hijas de expresiones de simpatía de quienes viven allí, se cuenta con el dicho: "la garganta tiene el agujero apretado pero entra allì la casa y el techo".
Algunos trazan esta expresión los años de hambruna, cuando la pobreza era furiosa entre la Toscana y las familias prefirió ser cautelosas y recuerdandose a revisar el "apetito" para evitar el riesgo de estar en la pobreza.
Los años en que alimentos pobres sirven para alimentar a las familias pobres y las partes menos nobles de los animales constituyeron los platos principales.
Aquí vienen la carne hervida mezclado, cultura de despojos y recetas sencillas, fáciles de preparar; el lampredotto y sus variantes.
Un legado de un tiempo que fue, años dificiles como durante la segunda mitad del 1200 o del siglo XII, y que hoy, gracias a su gusto ha tenido un redescubrimiento y un valor único.
Se van los días de "la gola tiene el agujero apretado pero entra allì la casa y el tejado" en el sentido de comer poco; Hoy "la garganta tiene el agujero apretado pero entra allì la casa y el techo" se refiere a la persona glotona.
En la Toscana regresamos a comer y sobre todo a redescubrir la autenticidad y el único sabor de la cocina popular.